Mostaza de Dijon

The Refined Condiment with a Storied Past

La mostaza de Dijon es más que un condimento: es un símbolo del patrimonio culinario francés y de la sofisticación. Originaria de la histórica ciudad de Dijon, en Borgoña, esta mostaza se ha ganado un lugar en las cocinas gourmet de todo el mundo. Con su textura suave, sabor audaz pero equilibrado y un proceso de producción basado en la tradición, la mostaza de Dijon realza desde las clásicas salsas francesas hasta los aderezos modernos para ensaladas. Descubra por qué este ingrediente premium sigue siendo una elección esencial para chefs y amantes de la gastronomía que valoran la autenticidad y la sofisticación.

Un sabor con historia

La mostaza de Dijon no es solo un básico de cocina; es un icono culinario con profundas raíces en la tradición francesa. Nombrada por la ciudad de Dijon, la histórica capital de Borgoña, esta mostaza se sirvió por primera vez en mesas reales en 1336, cuando el rey Felipe VI la incluyó en un banquete. Para el siglo XVII, Dijon había obtenido derechos exclusivos para producir mostaza en Francia, consolidando su reputación como epicentro de la fabricación de mostaza.

El momento decisivo llegó en 1856, cuando el innovador local Jean Naigeon reemplazó el vinagre por verjus —el jugo ácido de uvas verdes— dando a la mostaza de Dijon su característico sabor intenso y su complejidad. Hoy en día, la mayoría de las recetas utilizan vino blanco o vinagre de vino, conservando ese distintivo carácter francés.

¿Qué hace única a la mostaza de Dijon?

A diferencia de la mostaza amarilla común, que usa semillas blancas suaves y vinagre, la mostaza de Dijon se elabora con semillas marrones o negras, ofreciendo un sabor intenso y picante. La adición de vino blanco o verjus aporta una acidez sutil y profundidad.

Tras el remojo, las semillas se procesan utilizando una centrífuga con tamiz de perforaciones finas. Esta técnica elimina suavemente las cáscaras, dejando solo el núcleo puro para su posterior molienda.

Este meticuloso proceso —conocido como el método Dijon— es lo que le confiere a la mostaza su suavidad característica y su sabor refinado.

Inspiración culinaria

  • Vinagretas: Una cucharada de Dijon transforma una vinagreta simple en un aderezo sedoso y lleno de sabor.

  • Marinadas: Su acidez ablanda las carnes mientras añade profundidad.

  • Salsas de sartén: Mezcle Dijon en reducciones para un acabado lujoso.

  • Glaseados para verduras: Patatas asadas o verduras de temporada brillan con un glaseado a base de Dijon.

¿Por qué elegir Dijon?

Porque representa más que sabor: encarna herencia, artesanía y elegancia. Ya sea que esté creando un plato con estrella Michelin o un aderezo casero simple, la mostaza de Dijon aporta un toque de sofisticación borgoñona a su mesa.

Dijon: Una ciudad de cultura y gastronomía

Ubicada en el este de Francia, Dijon es un sitio Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, celebrada por su arquitectura medieval, mercados vibrantes y herencia gastronómica. El centro histórico de la ciudad cuenta con el Palacio de los Duques de Borgoña, mientras que su escena culinaria prospera gracias a delicias locales como el boeuf bourguignon y los caracoles. La conexión de Dijon con el vino es inseparable de su legado mostacero: viñedos y campos de mostaza se han complementado durante mucho tiempo en el fértil paisaje de Borgoña.